miércoles, 11 de enero de 2012

Desintoxicarnos de nosotros mismos.


Es complicado reconocer en nosotros mismos a nuestro peor enemigo. Sí, es una frase muy usada, pero qué razón tiene.
Y es que es muy difícil creer en uno mismo, en que podremos afrontar todo aquello a lo que la vida se le antoje retarnos, saber capear a los malintencionados, mantenernos firme frente al miedo o la incertidumbre.
Parece que nuestro inconsciente está programado para nuestro yo más negativo, y es nuestro esfuerzo el que nos saca de él.

Y es precisamente en estos tiempos donde tenemos que aunar fuerzas, aunque no estemos  para tirar cohetes. Y es que preocupa y mucho el desánimo general que hay (o hastío, o aburrimiento)
Cada uno se centra con sus problemas: que si la prima de riesgo, el desempleo, los recortes de lo recortado, el que hace o deja de hacer…
 Tengo la sensación de que estas penas nuestras se van a enquistar y como un bultito más las dejaremos para que decoren nuestro cuerpo y no, no podemos dejarnos entrar en ese bucle…

Creo sinceramente que está en nuestra mano hacer algo, algo por nosotros y por los demás. Creo que debemos empezar a creer en nosotros, en nuestros vecinos, en saber y creer que es posible protegernos y ayudarnos.
No es la primera vez, ni seguramente la última en que los problemas socio-económicos dan un giro a la visión que tenemos de nuestra sociedad. Y vienen cambios, se puede ver sin tener una bola de cristal, solo mirando atrás… Y son nuestras voces, nuestra actitud, nuestra fuerza las que harán que ese giro tome una dirección u otra.

¿Y a qué viene todo esto? A demasiadas conversaciones donde la esperanza de encontrar un empleo, pagar facturas por recortes salariales y demás ha desaparecido. A demasiados amigos que lo están pasando realmente mal, a mí que esta pausa se me está haciendo cuanto menos pesada. 

lunes, 2 de enero de 2012

Doce uvas, un nuevo propósito

Cambiamos de año y nos invade la sensación de volver a empezar, el inicio de algo nuevo. Es una percepción del tiempo algo absurda si tenemos en cuenta que es totalmente ajeno al espacio-tiempo, fruto de nuestras limitaciones numéricas.
Pero sea lo absurdo que quiera ser (la lista de sandeces es interminable en el ser humano) resulta positivo, en según quién, reflexionar sobre nuestras actitudes o aptitudes, nuestra gestión del tiempo, las ocupaciones que deberíamos o necesitamos hacer…
Pero como todo, es relativo… Así que cada uno empiece el año nuevo como le venga en gana, con nuevos propósitos y promesas que se cumplirán o no, eso depende de cada uno de nosotros, de nuestras convicciones, de nuestras fuerzas o…

Por mi parte no hay nuevos propósitos, ni promesas o buenos deseos, los que tengo, los tengo desde hace tiempo, y sigo trabajándolos… que no es poco y que siga así.
Quizá deberíamos plantearnos que cada día nuevo es un día donde volvemos a empezar, el inicio del resto de nuestras vidas… y quién sabe, a lo mejor cenar todas las noches doce uvas es el secreto del éxito personal.